Concepto
de dislexia
El disléxico se
caracteriza por tener un rendimiento lector más bajo que sus pares con respecto
de la edad biológica y escolar, así como de sus habilidades Dichas alteraciones interfieren
significativamente el rendimiento académico o ciertas actividades de la vida
cotidiana que requieren habilidades de lectura. En los sujetos con trastorno de
lectura, la lectura oral como la silenciosa se caracteriza por lentitud y
errores en la comprensión.
Las alteraciones en la
lectura coexisten en muchos casos con las dificultades en la escritura, ya sean
problemas en la organización gramatical (disortografía) o en la ejecución
motora (disgrafía). Los niños con dislexia suelen tener antecedentes de
trastornos en el desarrollo del habla y del lenguaje. Suele además complicarse
el trastorno con el fracaso escolar, la falta de asistencia a la escuela y
problemas de adaptación social.
En las fases tempranas
del trastorno se puede manifestar por dificultades en recitar el alfabeto, para
hacer rimas simples, para denominar las letras o para hacer rimas simples, para
denominar las letras o para analizar o catalogar los sonidos. Posteriormente
puede manifestarse por omisiones, sustituciones, distorsiones o adiciones de
palabras o partes de palabras, lentitud, falsos arranques, largas vacilaciones
o pérdidas del sitio del texto en el que se estaba leyendo, inversiones de
palabras en frases o de letras dentro de palabras. También pueden aparecer
déficits en la comprensión como una incapacidad de recordar lo leído,
incapacidad de extraer conclusiones o inferencias del material leído.
Es habitual que al final
de la infancia y en la vida adulta las dificultades ortográficas sean más
importantes que las de lectura. Es posible que los problemas en las lectura y
ortográficos sean frutos de un deterioro en las capacidad del análisis
fonológico. Durante el período escolar son también frecuentes problemas
emocionales y de conducta. También son habituales una baja autoestima y
problemas de adaptación escolar y con los compañeros.
Como cualquier otro
transtorno que afecte al aprendizaje se debe tomar en cuenta en el proceso
educativo, adecuando el mismo a las características del educando que presente
dislexia. Esta condición no es
esporádica, las estadísticas muestran que un porcentaje representativo de los
niños en edad escolar, en su día a día luchan con la dislexia para avanzar en
sus estudios.
“Cerca del 10% de
la población mundial padece el trastorno, lo que significa que en nuestro país
hay unos 450.000 disléxicos y esto se refleja en las aulas.
Según
el Departamento de Análisis Estadístico del Ministerio de Educación Pública, la
dislexia es responsable del 25% de los casos de fracaso escolar y está detrás
de la mayoría de las 112.142 adecuaciones curriculares no significativas que se
aplican cada año en escuelas y colegios.” (Schumacher, 2009)
De
esta población de 450 000 personas en el país con dislexia, podrían estimarse
en las aulas no menos de 100 000 mil en edad escolar, lo que lleva a la trascendencia
de la situación
Prevención
y detección de la dislexia.
Consecuencia
de la dislexia en la escuela
En el aula la dislexia se
puede detectar inicialmente por el retraso en el aprendizaje de la
lectoescritura, las peculiaridades que se dan cuando consigue iniciar el
aprendizaje, la lentitud, la tendencia al deletreo, la escasa comprensión
lectora debida a la falta de ritmo, la ausencia de puntuación. A medida que los
cursos pasan, los problemas se agudizan, ya que el trabajo escolar en general
se basa en las habilidades que el niño no tiene y se retrasa progresivamente.
Así, la dificultad lectora, la escasez de comprensión, llevan a los malos
resultados escolares, baja autoestima, actitudes de desgana y conductas en
ocasiones disruptivas, perturbadoras del buen funcionamiento del clima del
aula.
Ocurre con gran frecuencia que al niño se le tacha de
vago, distraído y se atribuye a estas características su mal funcionamiento
escolar, presionándole para que trabaje, atienda, y de alguna manera
menospreciándolo por su incapacidad para aprender.
Hay que tener en cuenta
que la realidad es justo al revés, ya que el hecho de que sea distraído se debe
porque es disléxico y si bien es una dificultad para el aprendizaje, no es algo
que el niño pueda controlar voluntariamente.
La dislexia se presenta
en muchos grados, desde pequeños problemas superables en breve plazo, hasta una
dificultad que se arrastra de por vida y que se aproxima como un continuo hacia
la disfaxia, que es un problema más grave y profundo de todas las áreas del
lenguaje. De cualquier modo, con la iniciación del tratamiento con suficiente
precocidad se suele derivar en resultados positivos y una mejora en el
rendimiento escolar. La mayor o menor efectividad va a depender de factores
tales como la profundidad del trastorno, el nivel de motivación, de la familia
y el profesorado, el adecuado diagnóstico y tratamiento, duración y seguimiento
del trabajo.
Algunos de los factores
que pueden presentar los niños con dislexia de acuerdo con la edad son los
siguientes:
Niños
entre 3 y 6 años • Historia familiar de problemas
disléxicos (padres, hermanos, otros familiares)• Retraso en aprender a hablar
con claridad. • Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejan por
su fonética. • Falta de habilidad para recordar el nombre de serie de cosas,
por ejemplo los colores. • Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la
orientación espacial. • Alternancia de días “buenos” y “malos” en el trabajo
escolar, sin razón aparente. • Aptitud para la construcción y los objetos
“técnicos” (mayor habilidad manual que lingüística, que aparecerá típicamente en
las pruebas de inteligencia.), juegos de bloques, lego,etc. • Dificultad para
aprender las rimas típicas del preescolar. • Dificultades con las palabras
rimadas. • Dificultades con las secuencias
Niños
hasta 9 años • Particular dificultad para aprender a
leer y escribir. • Persistente tendencia a escribir los números en espejo o en
dirección u orientación inadecuada. • Dificultad para distinguir la izquierda
de la derecha. • Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar
y en general para retener secuencias, como por ejemplo los días de la semana,
los dedos de la mano, los meses del año. • Falta de atención y de
concentración. • Frustración, posible inicio de problemas de conducta.
Niños
entre 9 y 12 años • Continuos errores en la lectura,
lagunas en comprensión lectora. • Forma extraña de escribir, por ejemplo, con
omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas. • Desorganización
en casa y en la escuela. • Dificultad para copiar cuidadosamente en la pizarra
y en el cuaderno. • Dificultad para seguir instrucciones orales. • Aumento de
la falta de autoconfianza y aumento de la frustración. • Problemas de
comprensión del lenguaje oral e impreso. • Problemas conductuales:
impulsividad, corto margen de atención, inmadurez.
Niños
de 12 años en adelante • Tendencia a la escritura
descuidada, desordenada, en ocasiones incomprensible. • Inconsistencias
gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de las omisiones,
alteraciones y adiciones de la etapa anterior. • Dificultad para planificar y
para redactar relatos y composiciones escritas en general. • Tendencia a
confundir las instrucciones verbales y los números de teléfono. • Gran
dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras. • Baja auto-estima.
• Dificultad en la percepción del lenguaje, por
ejemplo en seguir instrucciones. • Baja comprensión lectora. • Aparición de
conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A veces, depresión. •
Aversión a la lectura y la escritura.
Causas
de los trastornos de la dislexia.
Una de las razones puede
deberse a nivel neurológico, que se
refiere a la manera en que el cerebro procesa la información y cómo se
diferencian los disléxicos en este campo.
En general, se admite que
el hemisferio cerebral izquierdo tiene una implicación directa en el
aprendizaje de estas habilidades. Así una inmadurez de desarrollo produciría
estos problemas.
La dislexia puede incluir esta categorización:
- Dislexia profunda o fonémica. En ella se aprecian errores de tipo semántico, dificultad para comprender el significado de las palabras, con adición de prefijos y sufijos, mayor facilidad para las palabras de contenido que para las de función.
- Dislexia fonológica, que comenten menos errores que los profundos.
- Dislexia superficial, tienen dificultades dependiendo de la longitud y complicación de las palabras, como les pasa a tantos niños disléxicos. Este enfoque sirve sobre todo para ver todas las implicaciones y vías que se usan en el proceso de lecto-escritura, como la vía auditiva y la vía visual, que dan diversos problemas que en los niños se estructuran de modo distinto que en los adultos, y en cada grupo de edad de niños también varían los síntomas como hemos visto, por el uso de diversas vías de acceso a la tarea lecto-escritora.
Es recomendable no crear
confusión entre la disfunción cerebral mínima y la dislexia evolutiva. Si bien
muchos niños con problemas de motora y capacidad de raciocinio no acorde a su
edad, presentan dislexia, no todos los que tienen problemas de tipo psicomotriz
presentan dislexia. Igualmente, aunque la mayoría de los disléxicos presentan
algunos de estos problemas, no todos los presentan, ni los presentan todos ni
en igual medida. Así mismo, no todos
los infantes en edades tempranas con problemas del habla, han de tener
dislexia.
Hay estudios que
diferencian a la dislexia, según el hemisferio cebreral, así por ejemplo; la
denominada dislexia viso-espacial, presenta áreas de las descritas en el
hemisferio derecho, mientras que la dislexia de tipo analítico, secuencial y
fonológico presenta la alteración en el hemisferio izquierdo.
El tema de la lateralidad
se suele asociar a la dislexia. Las dificultades de lateralización pueden hacer
difícil aprender bien la lectura por las letras que se diferencian por su
orientación lateral. De los estudios realizados parece que alguna forma de
lateralidad mixta o cruzada parece asociada a la dislexia, especialmente en
poblaciones clínicas, pero aún no están claros los mecanismos que operan. Lo
más probable parece ser que la lateralidad cruzada genere en algunos casos
confusión direccional, dificultades de barrido visual y puede afectar a la
integración hemisférica.
Las hipótesis de tipo cognitivo se ocupan de procesos
que implican representaciones internas, a nivel del pensamiento, la memoria, la
percepción y el lenguaje y cada uno de sus subcomponentes.
Hay investigaciones sobre
la memoria a corto plazo y su influencia en la lecto-escritura. No se aprecian
dificultades en la memoria a largo plazo, ya que son capaces de aprender y
recordar lo aprendido. Lo que se ha detectado es una cierta debilidad de la
memoria a corto plazo, particularmente la memoria serial y secuencial y la
codificación auditivo-verbal, por lo que usan más los códigos de acceso visual.
En los estudios sobre las
dificultades específicamente verbales se ve que el problema no es conceptual,
como hemos dicho en otro momento, ya que los niños tienen una buena
inteligencia, sino que el problema aparece al abstraer y generalizar la
información verbal en tareas tales como la transferencia de información y es un
sutil déficit del lenguaje que dificulta la integración de visual a
verbal.
Los estudios basados en
los aspectos fonológicos parecen avalar que los dixléxicos son sutilmente
disfásicos. Y nuevamente se afirma que las dificultades se relacionan con la
traducción de la información visual a verbal en la memoria a corto plazo.
Los factores sintácticos,
semánticos y léxicos, funciones lingüísticas de orden superior, al ser
analizados en los disléxicos nos proporcionan datos que nos indican que esos
niños son inferiores en el uso de la morfología estructural y que hacen poco
uso de los rasgos suprasegmentarios, como el tono, el acento,…pasando por alto
importantes señales lingüísticas que a los demás nos ayudan a la comprensión
del texto. Parece haber pruebas de la existencia de ciertas dificultades en el
procesamiento sintáctico y semántico en los niños disléxicos, pero estas no
parecen demasiado graves.
El niño disléxico
presenta características de personalidad que a veces se atribuyen a otra cosa,
pero que tienen que ver con su problema de aprendizaje, a veces como causa y
otra como consecuencia. Así es característico que destaquen niños por:
a) La falta de
atención: Debido al esfuerzo intelectual que tiene que realizar para superar
sus dificultades perceptivas específicas, suelen presentar un alto grado de
fatigabilidad, lo cual produce una atención inestable y poco continuada. Por
esta causa, los aprendizajes de lectura y escritura les resultan áridos, sin
interés, no encontrando en ellos ninguna motivación que atraiga su atención.
b) Desinterés por el estudio , en especial cuando se
da un medio familiar y/o escolar poco estimulantes. Sus calificaciones
escolares son bajas y con frecuencia son marginados del grupo y llegan a ser
considerados (y a considerarse a sí mismos) como niños con retraso intelectual.
La posición de la familia y con harta frecuencia, de los profesores es creer
que el niño tiene un mero retraso evolutivo (o intelectual en casos extremos) o
bien, lo más frecuente, que es un vago, lo que se le reprocha continuamente,
con consecuencias funestas para la personalidad del niño, que se rebela frente
a la calificación con conductas disruptivas para llamar la atención o se hunde
en una inhibición y pesimismo cercanos a la depresión. Se producen a veces
también mecanismos compensatorios como se describen a continuación.
c) Inadaptación personal. Es frecuente encontrar en
los niños disléxicos una serie de rasgos que denotan cierto desajuste
emocional, que en estudios realizados y en la práctica aparecen tres rasgos
característicos: sentimiento de inseguridad, compensado por una cierta vanidad
y falsa seguridad en sí mismos y en ocasiones terquedad para entrar en el
trabajo y la motivación que requieren los tratamientos.
Manifestación
en el campo escolar.
Preescolares
(niños de 3 a 5 años) · Desarrollo lento del vocabulario y
retraso en el desarrollo del habla con dificultades para articular o pronunciar
palabras. · Torpeza al correr, saltar y brincar. · Dificultad para seguir
instrucciones y aprender rutinas · Falta de atención y aumento de la actividad
e impulsividad. · Dificultad para abotonar y abrochar o subir un cierre o
cremallera. · Retraso para memorizar los números, el abecedario, los días de la
semana, los colores y las formas. · Falta de control y manejo el lápiz y de las
tijeras. · Aparición de conductas problemáticas en sus habilidades sociales.
Escolares
(niños de 6 a 11 años) · Invierte letras, números y
palabras. · Confunde el orden de las letras dentro de las palabras. ·
Dificultad para conectar letras y sonidos y en descifrar las palabras
aprendidas. · Confunde derecha e izquierda y escribe en espejo. · No completa
una serie de instrucciones verbales. · Presenta dificultad en la pronunciación
de palabras, invirtiendo, sustituyendo o invirtiendo sílabas. · Traspone las
letras, cambia el orden e invierte números. · Su comprensión lectora es pobre.
· No toma o agarra bien el lápiz. · Su coordinación motora es pobre, se
confunde con facilidad y es propenso a accidentes. · Es lento para recordar
información. · Su trastorno en la coordinación motora fina le da mala letra y
pobre caligrafía. · Tiene problemas acerca del tiempo y no logra saber la hora,
día, mes y año. · No logra escribir pensamientos, ni organizarlos; su gramática
y ortografía son deficitarias. · Muestra dificultad en el aprendizaje de
conceptos numéricos básicos y no puede aplicarlos en cálculos o en la
resolución de problemas.
De
12 años en adelante · Tiene problemas de concentración cuando
lee o escribe. · Falla en la memoria inmediata, no recordando lo leído por su
dificultad con la comprensión de la lectura, el lenguaje escrito o las
destrezas matemáticas. · Interpreta mal la información, por su falta de
comprensión de conceptos abstractos y porque lee mal. · Muestra dificultades en
organizar el espacio, sus materiales de trabajo y sus pensamientos al escribir
o al hablar. · No logra planificar su tiempo ni tiene estrategias para terminar
a tiempo sus tareas. · Trabaja con lentitud y no se adapta a ambientes nuevos.
· No funcionan sus habilidades sociales y no logra hacer amigos ni entender las
discusiones. · Finalmente evita leer, escribir y las matemáticas, tendiendo a
bloquearse emocionalmente.
Diagnóstico
de la dislexia.
Diagnóstico psicométrico tradicional. Este tipo de
diagnóstico lo único que permite conocer es si un individuo tiene un nivel
semejante, inferior o superior, o bien unos rasgos psicológicos iguales o
diferentes a lo que se supone que se corresponde con el promedio de los
individuos de su grupo de edad y condición sociocultural.
Diagnóstico conductual. El objetivo fundamental de la
evaluación conductual es identificar las condiciones que controlan las
conductas-problema. En ella se requiere
la utilización de datos objetivos, fiables y válidos presentados de forma
cuantitativa y cualitativa, tomados preferentemente de la situación natural en
que se encuentra el individuo.
Esta modalidad de evaluación diagnóstica tiene un
papel muy relevante el empleo de la observación como técnica de análisis de los
comportamientos del niño en situaciones reales a las que se desean evaluar (es
decir, si se trata de evaluar dificultades de lectura, hay que observar al niño
leyendo), bien valiéndose de cuestionarios cerrados, bien de cuestionarios
abiertos.
Principales
pruebas diagnósticas.
Estas deben integrar todo, el desarrollo de
habilidades, la motora fina, los aspectos de conducta y cognitivos y aspectos
físicos que puedan afectar el desarrollo lecto-escritor. Por tanto, se deben aplicar pruebas para
descartar:
- Defectos de visión
- Defectos de la audición
- Un C.I. por debajo de lo normal
- La existencia de una perturbación emocional primaria
- Que el problema sea debido a mera falta de
instrucción.
- Que haya problemas de salud graves que afecten
directamente el aprendizaje
- Que no se den lesiones cerebrales diagnosticables y
que puedan afectar al área del lenguaje.
- Que pueda darse el diagnóstico de algún retraso
grave de desarrollo.
-Condiciones de herencia de alteraciones físicas y
mentales.
-La lateralidad cruzada o no definida.
Se pueden aplicar las siguientes pruebas:
El WISC (Escala de inteligencia de Wechsler para
niños) es el test de inteligencia más utilizado, por la amplia información que
proporcionan sus subtests y la posibilidad de establecer un perfil, que si bien
se discute su utilidad, al menos permite conocer detalles del funcionamiento y
las posibles lagunas de dicho funcionamiento cognitivo.
El T.A.L.E.,
(Test de Análisis de Lectura y Escritura), que permite una análisis detallado
por niveles de edad y escolarización de los problemas que aparecen en todas las
áreas y modos de la lecto-escritura: letras, sílabas, lecturas, comprensión
lectora, dictado, copiado.
Si se considera necesario por la mayor incidencia de
problemas de lenguaje, se puede utilizar el ITPA (El test Illinois de Aptitudes
Psicolingüísticas)
El aspecto psicomotriz se puede ver mediante las
pruebas de Mira-Stambak y el área de integración mediante el test
Gestáltico-Visomotor de Lauretta Bender.
Las pruebas de Dígitos, Información, Aritmética y la
de Claves están asociadas a los problemas de dislexia, los niños con este
problema puntúan bajo en ellas por cuanto las habilidades que se exigen en
ellas tienen que ver con la memoria a corto plazo.
Estas pruebas anteriores deben ser aplicadas por
médicos especialistas en el campo de la salud física y los del área
psicopedagógica. Sin embargo, el docente
juega un papel importante en este proceso dado que puede en el aula detectar
una posible dislexia con algunas actividades cotidianas tales como:
-Ponerlo a leer o narrar acontecimientos que le hayan
ocurrido. Se podrá medir generalmente la coherencia entre las ideas y oraciones
que argumenta. La velocidad con que narra, si pausa mucho o se expresa con agilidad. El vocabulario empleado entre otros.
-Solicitando al niño que escriba el acontecimiento que
narra para evidenciar el tiempo de la escritura, la caligrafía, ortografía, el
ordenamiento semántico, el tamaño de la letra entre otros aspectos.
Intervención
terapéutica en la dislexia.
Si bien sus necesidades
particulares deberán ser atendidas por un profesional especializado en
dislexia, le será muy útil la aplicación de las siguientes estrategias en el
aula para que él pueda aprender:
· Tener bien claro lo que usted espera del niño,
aceptando que haga preguntas durante las lecciones y asegurándose si ha
entendido las instrucciones.
· Comprobar que el entorno sea estructurado,
previsible y ordenado, ya que los niños con dificultades disléxicos responden
mejor cuando se dan ciertas premisas.
· Aceptar y admitir que su alumno tardará más tiempo
en aprender y que se cansará más rápidamente que los demás niños.
· Asegurarse que las instrucciones y explicaciones que
le ha transmitido sean claras, de acuerdo al ritmo del niño y volviendo a
repetirlas las veces que sean necesarias.
· No utilizar jamás amenazas, ni súplicas o castigos
para que mejore su rendimiento escolar, pues el niño no responderá y tendrá
efectos negativos sobre su autoestima, su rendimiento y su confianza en usted.
· Es altamente positivo, por el contrario, elogiar las
capacidades del niño, sus fortalezas y sobre todo su esfuerzo y su coraje para
enfrentar su dislexia, sin olvidar el dolor psíquico que ésta le produce.
Sugerencias didácticas para el alumno disléxico
· Enseñanza
basada en métodos multisensoriales, es decir aquellos que utilizan el tacto, el
movimiento y el color como canal de aprendizaje, además de la vista y el oído.
· Adaptar el
programa de estudio a las necesidades del niño.
· Establecer un equipo con el niño y sus padres, para
ayudarlo y acompañarlo en su dislexia.
· No permitir que los compañeros se burlen del niño y
explicarles lo que es la dislexia.
· Animarlo siempre y elogiarlo por sus talentos y
aptitudes, evitando ponerlo en situaciones en las que fracasará.
· Favorecer el aprendizaje utilizando métodos basados
en las facultades auditivas, visuales, táctiles y del movimiento, cuando su
nivel académico corresponda al inicio escolar.
· A medida que el niño aprenda palabras, se hace
necesario el conocimiento de un código que relacione las combinaciones de las
letras con los sonidos de las mismas. De esta forma el alumno logrará
establecer una correspondencia entre grafemas y fonemas (pequeñas unidades
sonoras en que descomponemos las palabras).
· Por la vía ortográfica y la identificación de las
palabras, recurrirá el niño a las secuencias con significado (morfemas) que
tiene almacenadas en su cerebro.
· Reforzar la
memoria a corto plazo y a largo plazo, favoreciendo así el almacenamiento de la
información y el acceso a la misma.
· Utilizar la técnica de “sobre-aprendizaje” o la
repetición intensiva para reforzar la nueva información que recibe el niño. ·
No olvidar darle copia de apuntes de lecciones y lista de lecturas
obligatorias. · Recordar minimizar los deberes sobre todo de lectura y
escritura por el sobreesfuerzo que le representa al niño.
· Evitarle leer delante del grupo y valorarlo por sus
esfuerzos, puesto que no es posible la comparación con los demás niños.
· Favorecer la
utilización de ordenadores para escribir los textos y utilizar procesadores,
correctores ortográficos y otras tecnologías disponibles.
· Durante los exámenes brindarle al alumno disléxico
tiempo suplementario y períodos de descanso, permitiendo el uso de ordenadores
portátiles o pizarras digitales si los hubiere.
Definiciones
importantes
Discalculia: es un trastorno específico de las
capacidades para aprender matemáticas.
Dislexia: Trastorno en la capacidad de leer por la que
se confunde el orden de las letras, silabas o palabras.
Dislexia con alteraciones fundamentalmente
viso-espaciales y motrices: aquellas cuyas características son: escritura en
espejo, torpeza motriz y disgrafía.
Dislalia: dificultad
de articular las palabras y que es debido a malformaciones o defectos en los
órganos.
Predislexia: Posible predisposición a que aparezca el
trastorno de la dislexia o indicios que hacen temer que se vaya a producir el
problema.
Trastornos de la coordinación: se define como un
rendimiento inadecuado en coordinación motriz, por debajo de la edad
cronológica del sujeto o de su capacidad intelectual, que interfiere en su
rendimiento académico y las actividades cotidianas de la vida diaria.
Trastorno de la escritura: Asociado claramente al
trastorno de lectura, la alteración escritora se manifiesta principalmente por
una dificultad altamente significativa en la integración de la ortografía
natural y arbitraria, dificultades en la estructuración sintáctica y de acceso
al léxico.
BIBLIOGRAFIA
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WWW.myblog.es/dislexiajaen
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http://www.espaciologopedico.com/
http://wvw.nacion.com/ln_ee/2009/marzo/11/aldea1900971.html
http://dim.pangea.org/revistaDIM/dislexia2.pdf
http://www.psicologiavalencia.net/marnavas/archivos/422
http://www.isep.es/wp-content/uploads/2014/03/Un-Estudio-Sobre-La-Recuperacion-De-La-Dislexia.pdf
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